Poco tiempo más de un mes después de la fecha inicial, pospuesta por una laringitis del artista, y el agradecimiento eterno del cantante al público que espero varias semanas por el concierto, a Coruña se llenó de emoción y música el pasado 14 de julio cuando Joaquín Sabina, uno de los cantautores más queridos de España, ofreció un inolvidable concierto en el Coliseum de la ciudad gallega.
Nada más subirse al escenario y saludar levantando el bombín Joaquín se sincero dando las gracias al público por su presencia: “Antes de nada quería deciros lo agradecido que estoy de veros aquí, el único sitio que dejamos de hacer por una maldita laringitis fue A Coruña y queremos deciros que estamos muy agradecidos de que hayáis esperado y estéis hoy con nosotros”
Fue una noche llena de nostalgia, poesía y la inconfundible voz de Sabina que conquistó los corazones de cientos de asistentes.
El recinto se llenó rápidamente y el ambiente vibraba con una energía contagiosa. Las luces se apagaron y los acordes de la banda empezaron a sonar y el público estalló en aplausos cuando el cantautor salió con su característico bombín.
A lo largo de la noche, Sabina desplegó un repertorio que abarcó varias décadas de su carrera musical. Canciones como "Sintiéndolo Mucho", "Lo Niego todo", "Llueve Sobre Mojado", el himno "19 días y 500 noches" o "Peces de Ciudad" que Mara introdujo con una gran ovación por parte del público resonaron en el Coliseum. El maestro no quiso olvidarse de grandes amigos que ya no están con nosotros dedicando una canción a Luis Eduardo Aute y Pablo Milanés entre otros: “Cuando llegas a una edad avanzada se van yendo, y lo van dejando amigos y maestros muy queridos de los últimos años. Se nos fue Luis Eduardo Aute, poco después también se nos fue Pablo Milanés, luego mi primo Serrat se retiró, nadie sabe por qué...”, así como a los hijos de su querido equipo, al que no dudó en presentar orgulloso uno a uno al público.
Así paso el concierto transportando a los asistentes a momentos y emociones pasadas. El artista logró establecer una conexión única con su público, compartiendo sonrisas, anécdotas y complicidad en cada interpretación.
La calidad vocal de Joaquín Sabina demostró estar intacta, transmitiendo cada letra con una intensidad y emotividad inigualables. El público, entregado por completo, no dejaba de cantar y aplaudir en cada pausa entre canciones. Los coruñeses se dejaron llevar por la música y los versos del maestro, olvidando el tiempo y disfrutando de una noche mágica que se prolongó hasta pasadas las doce.
Cuando llegó el momento de despedirse, el público no quería dejarlo ir. Los aplausos y los gritos de "¡Otra, otra!" resonaban en el Coliseum. Joaquín Sabina regresó al escenario con su clásico "El Caso de la Rubia Platino" interpretado por su guitarrista Jaime Ansúa, para deleitar al público con un par de temas más: "Contigo", "Noches de Boda/Y Nos Dieron las Diez" y terminar la noche con "Pastillas para no soñar" que fue el broche de oro perfecto para un concierto inolvidable.