Ya es costumbre del amante gallego de los festivales de música el reservar el primer fin de semana de agosto para la bella comarca costera de Bueu, donde el SonRías Baixas Fest (21 ediciones ya !!!) trae buena música al recinto de As Lagoas.
Este año se evidenció claramente al anuncio del cartel un cambio de estilo, dando más protagonismo al pop y a las bandas femeninas y con el cartel más ecléctico de la historia del festival. Es por ello que lo primero que debíamos comprobar era la respuesta a esta novedad y nuestra llegada a Bueu y la imposibilidad de conseguir fácilmente un lugar donde aparcar nos respondieron ya antes de entrar a nuestra duda. A la postre 26.800 personas (según la organización) marcarían el nuevo listón a batir en futuras ediciones.
La primera jornada se estrenó con los hermanos gemelos Juan e Ignacio que con su grupo Morochos fusionan el flamenco y el pop con una dosis de alegría y buen rollo que contagia, aprovecharon para presentar los temas de "De dónde vengo" (su primer álbum). Aunque Morochos es relativamente nuevo en la escena musical, han demostrado tener un gran potencial. Su participación en festivales importantes como Son Rías Baixas es un testimonio de su creciente popularidad y talento. Con su estilo único y su capacidad para conectar con el público, es probable que sigan ganando seguidores y consolidándose como una de las bandas emergentes más prometedoras de España.
La segunda actuación del día fue para la tal vez cabeza de cartel más grande del Festival, la banda donostiarra La Oreja de Van Gogh, capitaneada por Leire Martínez ofreció un concierto lleno de emociones y nostalgia haciendo un repaso a la banda sonora de nuestra vida. Canciones como "Pop", "20 de enero", "Puedes contar conmigo" o "Cometas por el Cielo" fueron las culpables de que muchos fueran a trabajar el viernes con una clara afonía. A estas alturas el debate Amaia – Leire ha dejado de tener sentido y la gente va a sus conciertos a disfrutar y no a comparar por lo cual cada actuación del grupo es una auténtica fiesta.
La ex “Operación Triunfo” Sabela, nacida en Boqueixón, es una artista gallega que ha ganado reconocimiento por su talento y su conexión con la música tradicional y contemporánea, su actuación fue una mezcla perfecta de tradición y modernidad. Con su voz potente y emotiva, interpretó canciones de sús álbumes "Despedida" (2019) y "Ceniza" (2023) que reflejan sus raíces gallegas, combinando elementos de la música folk con toques modernos, pese al papelón de tener que actuar justo tras La Oreja de Van Gogh y evitar la desbandada salió reforzada de su actuación.
Con también dos álbumes bajo el brazo "Levantaremos al Sol" (2022) y "Uno" (2023, que le da nombre a la gira) y con también un paso por un talent show (en este caso La Voz), Álvaro de Luna fue el siguiente protagonista del escenario principal, tras un comienzo espectacular, con las sombras del grupo proyectadas tras un enorme telón rojo que tapaba el escenario, el exfrontman de Sinsinati desgranó éxitos al son de los juegos de luces y de los cañones de confeti como "Levantaremos el Sol", "Todo Contigo" o "Quiero" y algún que otro cover como "Tenía tanto que darte" de Nena Daconte (que con solo un minuto de duración nos supo a poco y le recomendamos lo alargue un poco más) para terminar con "Juramento Eterno de Sal" y su brindis al público.
Sexy Zebras empezaron siendo ya casi la una de la madrugada y siendo el primer grupo que se acercaba al antiguo espíritu del SonRías Baixas, con un sonido completamente orgánico y sonando totalmente perfectos no podemos ser neutrales con un grupo que nos divierte y nos fascina tanto, nadie sonó ni sonaría tan, tan bien como lo hicieron los Zebras y aún seguimos a día de hoy bailando en la piscina con Charly García. Memorable y colegueo máximo con la colaboración de un Álvaro de Luna totalmente desmelenado en "Nena". CONCIERTAZO como siempre !!! y si no los conoces vete al próximo concierto donde estén.
Ya pasó el tiempo suficiente como para que La La Love You sean algo más que el grupo que nombró Amaia en La Resistencia o que se presentó a Eurovisión en 2009, a día de hoy son cabezas de cartel en festivales patrios, capaces de llenar el Wizik Center y como en el caso del SonRías poner a bailar a todo un festival a las 2 de la madrugada. Su desfile de éxitos es agotador para las rodillas y Roberto, David, Óscar y Lydia (cada vez con un protagonismo y reconocimiento por parte del público mayor) nos hicieron corear "La Pócima del Amor", "Laponia", "Big Bang" y por supuesto nos llevaron a "El Fin del Mundo".
Y donde pisaron Sexy Zebras pisó Anabel Lee y el cierre del día reivindicó al Punk más indie, no fue el día que mejor sonaron y las altas horas de la madrugada no ayudaban pero su descarga de adrenalina solo es comparable a la energía que gastan nuestros fotógrafos intentando captar las mejores tomas de los saltos de un Perdi al bajo que fue coreado todo el concierto por los fans y que por si solo merece que nunca los dejemos de lado. Si a eso le unes la carismática voz de Víctor y la solvencia a la batería de Jordi y temazos como "Me das asco" o "La mejor canción del año" el buen rato está y estuvo asegurado. Incluso cuando el sonido y la temperatura no acompañan, no fallan.
La jornada del viernes comenzó con Gilipojazz que capturó la atención del público con su virtuosismo y carisma. La interacción entre los miembros de la banda, Ángel (bajo), Íker (guitarra) y Pablo (batería), fue impecable, demostrando una compenetración que solo se logra con años de práctica y pasión por la música. El setlist incluyó una variedad de temas de su álbum debut "¿Dónde está el jazz?" (2022) y algunas sorpresas donde no faltaron cameos a videojuegos y al recientemente desaparecido Akira Toriyama. Para terminar pedirle a Iker que pague ya el café.
La cantante madrileña Travis Birds, conocida por su voz única y sus letras profundas ofreció una actuación inolvidable en SonRías Baixas, llena de música de alta calidad, emoción y una conexión especial con el público en una tarde para recordar y en la que no paran de sonar en nuestras cabezas canciones como "Coyotes", la divertida "Eduardo" o la elegida para cerrar "Thelma & Louise" insistentemente pedida a lo largo del concierto por un sector del público. Sin duda una de las voces de este 2024.
Fillas de Cassandra están en todo festival gallego que se precie y llevan demostrando a lo largo de este 2024 que los escenarios secundarios se les quedan muy pequeños en nuestra comunidad, a la catarsis de la unión de las voces de María y Sara se unen en esta gira las voces de Tania Caamaño y Marina Vidal, se le da más protagonismo al techno y a la teatralidad y el mensaje cobra cada vez más relevancia, muy curioso para quien las ve por primera vez el giro en la última canción con la versión llevada a su terreno del famoso "Maricarmen" de La Pegatina.
Rozalén era el segundo gran nombre de este festival, y la protagonista indiscutible de la segunda jornada. La cantautora manchega, conocida por su voz cálida y sus letras comprometidas, dió una lección de profesionalidad, dinámica, amena, sin caer en sensiblerías, fielmente acompañada por Beatriz Romero (que a su vera traduce a lengua de signos sus letras), por una bandaza que suena realmente bien y un escenario donde la palabra BONITO cobra todo su simple y total significado. El momentazo de la noche fue cuando invitó a sus grandes amigas Las Tanxugueiras y juntas hicieron "A Virxe de Portovello" en una colaboración que pasará a la historia del festival. "Vivir", "En una noche cualquiera", "Girasoles" (con una proyección de fondo preciosa) son solo muestras de un repertorio maravilloso que deleitó nuestros oídos.
Pascual Cantero, Muerdo, nos trajo su poesía murciana a continuación, muy querido en nuestra tierra por su colaboración con Tanxugueiras siguió con la tónica intimista que llevaba la jornada haciendo las delicias de los amantes de su propuesta pero tal vez demasiado tranquilo para otro sector del público que con la llegada de la oscuridad pedía algo más movidito, pero ya sabemos a estas alturas que no se puede contentar a todo el mundo.
Es digno de aplaudir la apuesta de un festival de este calibre por un grupo internacional de sobrada calidad aunque desconocido por el gran público español como Chef´Special, los holandeses son ídolos de masas en su país y han sido teloneros de grupos como Twenty One Pilots, por desgracia empieza a ser común en los festivales un cierto postureo que a veces crea que una gran masa ignore a quién no conoce, y así se reflejó en Bueu con una cantidad de público menor a la merecida para nuestros "Cocineros" que supieron marinar a la perfección hip-hop, rock, pop, soul y reggae en una receta que resultó totalmente deliciosa y con un Jan Derks a las voces que siempre se mostró muy cercano al público.
El dúo de Tárrega La Élite, una de las nuevas esperanzas del punk patrio, y Cool Nenas que repetían otra vez por Bueu tras su doble aparición de 2023 fueron los encargados de cerrar una gran jornada.
La Sesión del sábado contó con una minisesión mañanera bajo un Sol abrasador con el omnipresente Nuno Grande Amore que cuenta con una legión de fans en nuestras tierras y que demostró que cuando actúa a la luz del gran astro es tan efectivo como cuando cierra festivales a las tantas de la madrugada.
A las dos de la tarde, y cuando el calor más apretaba, el dúo Marlena con Ana Legazpi a la voz y Carolina Moyano a la guitarra demostró que en este 2024 están de dulce, se presentaron al Benidorm Fest y llegaron a la fase final, suyo fue el tema oficial de TVE para su especial olimpiadas y a la banda se añadieron miembros de contrastada calidad como Fran o la gran Celia Becks (ex La La Love You), cantaron temas ya muy consolidados entre el gran público como "Gitana", "Bailamorena", "Amor de verano", "Me Sabe Mal" o "Último Baile" que provocaron que las afonías se hicieran tan presentes como el sudor y que las barras del festival se frotasen las manos. Entre tanto temazo propio destacó también "Como si fueras a morir mañana", un cover de Leiva que le sienta muy bien a la voz de Ana.
Tiempo para comer, para playa (obligada en un paraíso como Bueu) y regreso para abrir la jornada de tarde pasadas las 19 h. con Martín Mondragón "Mondra" que desde Teo es junto con Tanxugueiras, Fillas de Cassandra y Baiuca uno de los máximos exponentes del género que algunos denominan "trad" y que combina la música actual y con lo más tradicional del folklore gallego. El show de Mondra se adapta perfectamente al formato festivales y sus cuatro grandes bailarines (donde destaca Sabela) le dan tiempo a hacer cambios de ropa en plan diva, canta solo al piano en un guiño a Freddi Mercury y su provocación innata -sobre todo en el tema de despedida "Marimondra"- nos recuerda a un Rodrigo Cuevas tanto que las comparaciones empiezan ya a ser inevitables.
Las divertidas Ginebras tomaron con su indiepop un escenario principal repleto de público para hacernos pasar un muy buen rato, (pese a que le podíamos pedir un poco más de volumen a las voces desde la mesa de sonido), su show fue una auténtica fiesta. Magüi, Sandra, Juls y Raquel saben a lo que juegan y bajo el disfraz de unas letras hilarantes se encuentran cuatro grandes profesionales que controlan perfectamente el tempo de lo que está pasando. Si a esto le unimos temas como su versión del "Con Altura" de Rosalía, "La típica canción", "Alex Turner", "La Ciudad huele a Sudor"… lo dicho: un éxito total.
El escenario “El Águila” nos recordó que necesitábamos una cerveza fresquita y la tomamos al son de un Mr. Kilombo, grupo del gran Miki Ramírez que paseó su pop, rock, ska, reggae, samba e incluso timba en un desfile de éxitos de 22 años de carrera con temas como "Sinmigo", "Cabecita Loca" o "Todo Cambia" sonando sobrio y realmente bien. La sorpresa llegó cuando (su gran amigo y compañero surfista) Luis Fercán se le unió en el escenario para interpretar "Manglares" y entre tanto éxito y colaboración aún le dio tiempo a presentarnos "Todo este caos" (2024), su último álbum.
Y turno para Aida, Olaia y Sabela. Muchos pensaban que tras el Boom de Eurovisión la fama de Tanxugueiras se iría desvaneciendo poco a poco y por fortuna nada más lejos de la realidad, siguen siendo la actuación central de los festivales a los que acuden, siguen llenando y todos los artistas quieren colaborar con ellas y nuestras chicas se lanzan a todo sin miedo. Su secreto posiblemente sea el seguir haciendo lo mismo de siempre, ser fiel a su estilo con un espectáculo en el que se ha introducido algún tema nuevo, un par de buenos bailarines y nuevos temas y demostrar concierto a concierto que cada vez son más las tablas sobre los escenarios. Lo de siempre pero mejor y si a esto le unimos que algún amigo como Rayden aparece en escena entonces el éxito es total.
En el turno de Arnau Moreno, Emlam, que presentaba en Bueu su último trabajo "Hotel Chiclepunk" (2022) aprovechamos para cenar y coger fuerzas para lo que quedaba de noche y aunque no pudimos ver su actuación decir que sonaba realmente bien desde la distancia, lo suficiente como para meternos el gusanillo y no dejarlo escapar a la próxima oportunidad, pero en festivales como este y aunque duela hay que tomarse algún descanso.
Con las pilas cargadas volvimos al escenario principal a darlo todo en una de las últimas oportunidades de ver en directo en Galicia a un Rayden que nos cuesta creer que lo deje, en el escenario se lo ve feliz, Mediyama es el compañero de fatigas perfecto y la banda destila un buen rollo y compañerismo que no se ve en muchos otros grupos. Bueu saltó y vibró con David y a él se le ve feliz en Galicia, tanto que muchos ya creemos que es un gallego más, presumió de que su hijo lo estaba viendo desde bambalinas, nos juntó a hombres globo y mujeres cactus y pese a lo triste de la despedida todos vimos un "haz de luz". Como siempre un gran momento, y recuerde sr. Rayden que "Quiero que nos volvamos a ver".
No sabemos como una villa marítima tan modesta como Muros consigue ser una fábrica continua de tan buenos grupos y de tan buena música y entre todos ellos destacan unos The Rapants que llevaron a Bueu unos cuantos tickets para que disfrutásemos de su "Máquina del Buen Rollo" (2024), la gente lo dio todo con ellos y las últimas fuerzas del festival se consumieron totalmente en genialidades como "O avión" o "La Favorita" convirtiendo el Festival en una auténtica fiesta.
La polifacética Inés Hernand tuvo el honor de cerrar un SonRías que batió récords de asistencia y al que la apuesta por el cambio de estilo le salió bien y del que desde ya esperamos novedades para el 2025 que os contaremos desde aquí.
Mientras tanto os dejamos la galería de fotos de esta edición: