El Coliseum de A Coruña vivió este miércoles una noche para el recuerdo. Alanis Morissette reunió a casi 7.000 personas dispuestas a dejarse llevar por la nostalgia y la fuerza de unas canciones que siguen tan vivas como hace tres décadas.
La velada arrancó con la gallega Yoly Saa como telonera. Visiblemente nerviosa y emocionada, la artista aprovechó la oportunidad para rendir homenaje a una de sus grandes referentes y presentar temas de su último álbum, donde aborda sin filtros la ansiedad y habla a esa niña de 15 años que un día fue, cuando no contaba con toda la información ni el apoyo necesarios.
En su repertorio sonaron canciones como "5-HT", "El apagón" o "TIRANO", con las que conquistó al público desde la sinceridad y la cercanía. Pese a las ganas, no pudo interpretar el último tema previsto al quedarse sin tiempo, algo que confesó con una sonrisa cómplice.
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Lino Escurís |
Antes de salir al escenario, Alanis proyectó un breve vídeo a modo de mini documental, repasando los momentos clave de su carrera y calentando el ambiente para un viaje emocional que arrancó con "Hand in My Pocket". Vestida con un pantalón rosa largo y una camiseta blanca —el único look que llevó durante todo el concierto, sin cambios ni artificios—, Alanis demostró que no necesita fuegos ni efectos especiales para brillar: le bastaron su voz intacta, una banda sobria y las imágenes que acompañaron cada canción.
Desde el primer minuto se movió como un león enjaulado, recorriendo de lado a lado el escenario sin parar, un gesto que mantuvo durante buena parte del show y que transmitía toda la urgencia y energía que define su música.
Tras "Right Through You" y "Reasons I Drink", llegó uno de los momentos más destacados con "Hands Clean", cuando se colgó una guitarra eléctrica decorada con purpurina dorada que añadió aún más personalidad a la interpretación.
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Lino Escurís |
Alanis alternó clásicos infalibles con fragmentos menos habituales, como "A Man" o "Can't Not", regalando detalles inesperados a sus seguidores más fieles. Con "Head Over Feet" y "You Learn", el Coliseum se transformó en un gigantesco karaoke, con el público cantando cada verso entregado.
"Smiling" marcó uno de los grandes clímax de la noche: la terminó girando como una peonza y acabó de rodillas sobre el escenario, recibiendo una ovación atronadora.
El bloque acústico, con "Rest", "Mary Jane" y "Your House", llevó el ambiente a un terreno más íntimo. Especialmente emocionantes fueron las dos últimas interpretadas bajo la imagen de una gran luna proyectada, creando una atmósfera casi mágica.
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Lino Escurís |
El tramo final reactivó toda la euforia colectiva: "Ironic" sonó como un himno eterno, "All I Really Want" desató la fiesta y "You Oughta Know" sacó toda la rabia liberadora que la convirtió en icono. Para el bis, Alanis reservó "Uninvited" y "Thank U", cerrando la noche con una mezcla perfecta de agradecimiento y complicidad.
Sin necesidad de cambiarse de ropa ni recurrir a grandes artificios, Alanis ofreció un concierto directo y honesto, sosteniéndose únicamente en la fuerza de su voz y en unas canciones que siguen emocionando. En A Coruña volvió a demostrar que, pese al paso de los años, su rugido sigue tan vivo como siempre.