El PortAmérica cierra su edición 2025 por todo lo alto

El último día del PortAmérica llegó con la energía acumulada de dos jornadas memorables pero que no impidió a los festivaleros disfrutar de la jornada del cierre del festival como se merece. Desde primera hora de la tarde, el ambiente en la Azucreira era el de una gran celebración colectiva: amigos reencontrándose, familias descubriendo nuevos artistas y la habitual marea de fieles que año tras año llenan Portas para disfrutar de la mejor música, gastronomía y emoción. El sábado fue, sin duda, una jornada para recordar, con un cartel ecléctico en el que se mezclaron (como nos tienen habituados) un sinfín de estilos musicales y una vibrante zona Showrocking que volvió a dar sentido al concepto de festival total.



La encargada de abrir la programación musical de la jornada fue Carla Lourdes. Con el sol aún alto pero amable, la viguesa llevo al escenario del festival su propuesta íntima y emocional que fue el primer suspiro del día. Carla llegó al PortAmérica con su primer trabajo discográfico bajo el brazo: "El día que descubrí el lunar de tu oreja": voz delicada, letras honestas y un directo cercano que invitó al recogimiento, incluso en medio de un festival. Carla Lourdes dejó claro que lo suyo no es una moda pasajera, sino una carrera con rumbo y personalidad que la llevará a pisar próximamente los grandes escenarios de la escena nacional.


Carlos Ares subió al escenario Xacobeo a las 18:45 h y no defraudó. Después del éxito de su primer disco "Peregrino", que lo convirtió en artista revelación del pasado año y le valió el Premio MIN al Mejor Álbum Pop, el gallego regresaba a casa con nuevo material bajo el brazo. "La boca del lobo", su segundo trabajo, acaba de ver la luz y ya demuestra un salto importante en madurez artística y fuerza interpretativa.


Acompañado por una banda de altísimo nivel, entre los que destacaron nombres como Marcos Cao (líder de La Sonrisa de Julia) y la joven Beatriz Gutiérrez, conocida como Begut —voz prodigiosa que comienza a trazar un prometedor camino en solitario—, Ares ofreció un concierto sólido, emocionante y cuidado al detalle.



Durante su actuación sonaron canciones como "Cigarra", "Vuelve", "La boca del lobo", "Importante" o "Páramo", temas que combinan lirismo, modernidad y una fuerte personalidad sonora. Carlos supo manejar los tiempos y acabo por todo lo alto con "Peregrino" un tema que lo define a la perfección, le permite conectar con el público y demostrar que lo suyo no es una promesa, sino una realidad con muchísimo futuro. Galicia tiene en Carlos Ares un nombre para el presente y el futuro.


A las 20:00 h llegó el turno de Travis Birds, que ofreció un concierto compacto, directo y emocionante. Su voz rasgada y su actitud escénica mantienen ese equilibrio entre la fragilidad y la potencia que tan bien define su propuesta. Canciones como "Coyotes", "Grillos", "Eduardo" o "Thelma & Louise" sonaron con fuerza y emoción, confirmando que lo suyo no es casualidad. Fue uno de esos conciertos que se sienten más que se escuchan.




La noche cayó con Duncan Dhu sobre el escenario. A las 21:10 h, Mikel Erentxun y compañía ofrecieron un concierto cargado de memoria emocional para varias generaciones. Temas como "Una Calle de Paris", "Mundo de Cristal", "Jardín de Rosas",  "Cien gaviotas" o "En algún lugar" encendieron las gargantas y los recuerdos del público, que respondió con una ovación tras otra. Con un sonido impecable y una banda en plena forma, fue un auténtico lujo poder verlo este año con este formato.


La gran estrella de la noche fue, sin duda, Melendi que no autorizó a este medio a hacer fotos (por considerarlo un simple blog) y al que nosotros no consideramos tampoco darle más protagonismo que estás tristes líneas


Justo después le tocó el turno a Sidonie, que ofreció como nos tiene acostumbrados un concierto muy potente y correcto. Con ese estilo único que mezcla psicodelia, pop-rock y mucho carisma, los catalanes hicieron vibrar al público con canciones como: "El incendio", "Fascinado" o "Carreteras infinitas". El suyo fue un show vibrante, con un Marc Ros absolutamente entregado que convirtió el escenario en una fiesta colectiva.


A las 00:40 h llegó uno de los momentos más esperados de la madrugada con Viva Suecia. A pesar de la hora —para nuestro gusto, algo tardía—, la banda murciana consiguió mantener al público firme en el recinto, bailando y coreando cada una de sus canciones. Su capacidad para generar esa energía colectiva no es casual: siguen siendo una de las bandas más en forma de todo el panorama nacional.


Actualmente inmersos en la gira de su décimo aniversario, ofrecieron un repertorio repleto de himnos generacionales como: "Bien por ti", "A dónde ir", "La Orilla", "Justo cuando el mundo apriete", junto a los primeros adelantos de su próximo trabajo: "Dolor y Gloria", "Deja encendida una luz" o "Sangre", que apuntan ya a convertirse en imprescindibles.

El directo fue contundente, preciso y profundamente emocional, acompañado por unos visuales potentes y atmosféricos que terminaron de elevar la experiencia. Un show a la altura de su trayectoria, y que refuerza su lugar privilegiado dentro del indie-rock nacional.



Una vez más, la zona Showrocking volvió a ser una de las joyas del PortAmérica, donde pudimos disfrutar de propuestas únicas, elaboradas por algunos de los chefs más innovadores del panorama nacional e internacional como Carito Lourenço que ofreció una lasaña frita de asado y queso ahumado; Begoña Rodrigo que sorprendió con su flauta de sobrasada de calabaza, cebolla, piñones y queso o Fabián Delgado puso el punto picante con un arroz a la tumbada con mejillones y chorizo.

Mención final también para la nueva iniciativa del festival junto a Fnac que nos encanto y por el que pasaron diferentes autores para hablarnos de sus libros, firmarlos y donde pudimos hacernos con algunos de los vinilos de la bandas que pasaron por el recinto. Esperamos que esta iniciativa fructifique para próximas ediciones, y como en otros festivales, se amplié y pasen por la zona alguna de las bandas para firmar discos y tener un breve encuentro con su público.

El PortAmérica 2025 se despide por todo lo alto, tras tres jornadas intensas en las que la música y la gastronomía volvieron a unirse en una experiencia única. El festival ha logrado, un año más, crear un espacio de encuentro, celebración y cultura. Gracias a la organización por contar con nosotros en esta nueva edición. Ya estamos contando los días para volver.

Os dejamos con la galería de fotos de la última jornada: