Pontevedra vivió anoche una de las citas más esperadas del verano con la llegada de Jennifer López, quien eligió la ciudad gallega para estrenar su nueva gira europea. Poco antes de la medianoche, la artista se despedía tras casi dos horas de show, dejando a un público eufórico y también con ganas de un último bis que nunca llegó.
La expectación fue absoluta desde primeras horas de la mañana. Bajo un sol implacable y temperaturas que superaron los 33 grados, miles de fans aguardaron pacientemente para asegurarse un buen sitio en el recinto de Tafisa. Las colas para acceder superaban el kilómetro de longitud, pero el despliegue organizativo fue impecable, facilitando la entrada y el control sin incidencias.
Entre el público no solo había seguidores gallegos y españoles, sino también miles llegados de Portugal, Europa y Latinoamérica, muchos de ellos desplazándose expresamente para vivir esta noche especial con la diva del Bronx.
Antes de que Jennifer López subiera al escenario, la ambientación musical corrió a cargo de Rubén Alonso López, natural de Foz (1990) y conocido artísticamente como disyóquey Piti o Iampiti en Instagram. Su sesión Warm Up fue el preámbulo perfecto para calentar a un público que llegaba ya lleno de energía y ganas de espectáculo.
El arranque fue precedido por una cuenta atrás de 60 segundos proyectada en las pantallas, que desató una ola de gritos y emoción contenida en el recinto. Cuando el contador llegó a cero, los músicos fueron apareciendo escalonadamente sobre el escenario al ritmo de la intro, preparando el terreno para la gran entrada de Jennifer.
Minutos después de las diez de la noche, la cantante apareció en el escenario del parque de Tafisa vestida con un body plateado de lentejuelas y capa dorada de la que se deshizo a los pocos segundos y abrió la noche con dos de sus temas más populares: "On the Floor" y "Save Me Tonight". Después, se dirigió al público con un enérgico saludo —esta vez sin confusiones—: "How are you going, Pontevedra?", acertando con el nombre de la ciudad tras los recientes errores en redes donde mencionaba Vigo.
A partir de ahí, el show se convirtió en una montaña rusa de hits y sorpresas. Sonaron "Booty, Ain't Your Mama" (con un guiño a Sexy MF de Prince) y un potente "Jenny from the Block" en versión rockera, que arrancó con un homenaje a "We Will Rock You" de Queen. Entre los inéditos, destacaron "Regular", con un breakdown de baile que sacudió el recinto, y "Moments in Love", procedente de su especial para Apple Music Live.
Tampoco faltaron "Get Right", "I'm Into You" (rescatada por primera vez desde 2018), "Love Don't Cost a Thing" y "All I Have", temas que llevaron al público al éxtasis colectivo.
Con sillas en el escenario y acompañada por un cajón y una guitarra española la parte latina llegó con fuerza con "Gracias a la vida", de Violeta Parra, vestida con mantilla negra bordada en rojo y acompañada de un cuerpo de baile que simulaba trajes de torero. Solo tres canciones en español: "Gracias a la vida", "Qué hiciste" (que no sonaba en directo desde 2015) y "Si una vez", el homenaje a Selena, a la que definió como “mi canción favorita”.
En el tramo final, la energía explotó con "If You Had My Love", "Ain't It Funny" (en su versión original, que no interpretaba desde 2001), "Waiting for Tonight", "Dance Again", "Play" y el interludio de "Let's Get Loud", que convirtió Tafisa en una auténtica pista de fiesta.
Para cerrar, Jennifer eligió "Free", otro de sus inéditos, antes de despedirse con "Up All Night". Muchos esperaban un último bis, quizás "El anillo", uno de sus grandes éxitos en España, pero la artista decidió concluir la noche sin esa esperada frase: “¿Y el anillo pa' cuándo?”.
A lo largo del concierto, López cambió de vestuario hasta en siete ocasiones, luciendo desde brillos y flecos hasta trajes negros, plateados, rojos y un look final rockero con la mítica lengua de The Rolling Stones. A sus casi 56 años, sigue demostrando una forma física y una agilidad sobre el escenario más propias de alguien de 20 que de 50.
No dejó a nadie indiferente: el público se marchó impresionado por el estado de forma de la artista y por la espectacularidad de sus coreografías, pero también con cierto enfado en algunos casos por el escaso uso del español en sus intervenciones o por ese amago de bis que finalmente nunca llegó.
Anoche en Pontevedra quedó claro que Jennifer López no necesita anillos ni bises para reafirmar su trono: su música, su carisma y su impecable puesta en escena siguen siendo su mejor carta de presentación. Os dejamos con la galería de fotos del concierto:
