La Explanada del Recinto Ferial de Pontevedra se convirtió en un hervidero de música y emociones para inaugurar la primera jornada del Río Verbena Fest 2025, que colgó el cartel de SOLD OUT días antes. Aun así, la amplitud del recinto permitió que se disfrutara con comodidad, sin agobios, y con una visibilidad perfecta desde cualquier punto. Desde primera hora de la tarde, el ambiente dejaba claro que el público estaba dispuesto a vivir una noche maratoniana con estilos para todos los gustos.
La banda emergente Terapia de Grupo, formada por Anxo Morais, Jairo Iago Villar Barreiro y la simpática y polifacética Lara Villaverde — a quien también podemos ver en proyectos como Sun Iou o Orquestra Camarote — fue la encargada de abrir para nosotros el festival. Su actuación estuvo marcada por la frescura juvenil y la complicidad con el público, versionando grandes éxitos del pop-rock en castellano como "La mujer de verde", "Clavado en un bar" o "Tenía tanto que darte", entre otros.
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Con un público ya más numeroso, Efecto Pasillo tomó el relevo, aunque comenzaron con algunos problemas de sonido que se fueron resolviendo a lo largo del show. Agradecieron poder volver a Galicia, una tierra donde siempre han recibido un cariño especial, pero en la que llevaban un tiempo sin aterrizar. Cuando todo estuvo en su sitio, su inconfundible mezcla de pop y ritmos latinos hizo que la complicidad con la gente fuera creciendo canción a canción y desatando una fiesta final con temas como "Pan y mantequilla" o "No importa que llueva".
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El turno de Coque Malla trajo consigo la celebración de una trayectoria de 40 años, “para celebrar lo bueno y lo malo”, como él mismo dijo desde el escenario. Acompañado de una gran banda en la que brilló especialmente Amable Rodríguez a la guitarra, alternó temas de su etapa con Los Ronaldos y de su proyecto en solitario. Así, sonaron "Adiós papá", "¿Volverá?", "Todo el mundo arde", "No puedo vivir sin ti", "Berlín", "Mucho mejor", "Un lazo rojo, un agujero" y la maravillosa "Me dejo marchar”, con la que cerró su actuación entre vítores.
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Después llegó Andrés Suárez con su único concierto del año acompañado por banda completa. Su cercanía se notó desde el primer minuto, animándonos a levantarnos en masa para protestar por la lacra de los incendios, un gesto que convirtió la explanada en un clamor colectivo. Un problema técnico antes del quinto tema lo solventó improvisando una emotiva versión de "A Rianxeira", coreada por todo el público. Momentos como la dedicatoria de "Teresa y Andrés" — a unos padres de adolescentes que celebraban sus bodas de oro y que él mismo veía desde el escenario — dieron un toque íntimo y emotivo a un show en el que también sonaron "Te doy media noche", "Nuestra generación", "Despiértame", "No saben de ti", "Será" o "320 días (hace un año)".
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La gran descarga rockera de la noche corrió a cargo de Loquillo, que desplegó actitud y carisma durante casi dos horas de concierto. Su repertorio combinó clásicos de su carrera con homenajes y momentos de auténtica complicidad sobre el escenario. Destacaron especialmente las colaboraciones: Álvaro Benito se unió a Loquillo en "El rompeolas", mientras que Coque Malla subió para acompañar a Loquillo en "Besos robados", generando uno de los momentos más celebrados por el público. La euforia continuó con temas como "En las calles de Madrid", "Línea clara", "María", "El hijo de nadie", "Planeta rock", "Sol", "El hombre de negro" —su particular homenaje a Johnny Cash—, "Salud y rock and roll", "Por amor", "Cruzando el paraíso", "Rock suave", "El último clásico", "Carne para Linda", "Rey del glam" (su versión del clásico de Alaska y Dinarama), "Memoria de jóvenes airados", "Rock & roll actitud", "La mataré", "Ritmo de garaje", "Feo, fuerte y formal", "Rock and Roll Star" y cerrando con "Cadillac solitario", que levantó al público en un clímax de emoción colectiva.
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Ya entrada la madrugada, Pignoise subió al escenario con una energía renovada que se notaba al instante. La noche le sentó muy bien y los pudimos ver mucho más frescos y dinámicos que semanas atrás en el Morriña Fest. Su pop-rock directo y pegadizo volvió a conquistar al público con un conciertazo de 10, en el que sonaron temas como "Nada podrá salvarte", "Sigo llorando por ti", "Todo me da igual", "Una sensación", "Cama vacía", "Quiero", "Sube a mi cohete", "Las promesas que se van", "No sentar nunca la cabeza", "Por verte", "Dame tres días", "Nada que perder", "Estoy enfermo" y "Te entiendo". Cada tema mantenía al público pegado al escenario, con un ritmo imparable que llevó la fiesta hasta su punto más alto antes del cierre del festival.
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Finalmente, los que vencieron al sueño y al cansancio pudieron disfrutar de Xoel López y su banda en torno a la 01:45 horas. Desde el primer acorde se desplegó un torbellino de energía que contagiaba a todos los presentes. El repertorio incluyó grandes éxitos de su carrera en solitario y de Deluxe, como "Que no", "Todo lo que merezcas" o "Perlas ensangrentadas", cada tema acompañado de un coro incesante de festivaleros que se dejaron la garganta. Entre las sorpresas de la noche, Pepe Solla subió al escenario para acompañar con su guitarra uno de los himnos de la etapa Deluxe de López, como es "Reconstrucción (El mejor Momento)". No faltaron tampoco clásicos como "Tierra" o "Lodo", mientras la música se expandía gracias al viento con fuerza más allá del recinto, llegando a muchos rincones de la ciudad que Xoel tanto ama. Con las notas de Guateque Big Band emprendimos el regreso a casa para coger fuerzas para un sábado que también se prometía intenso.
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La primera jornada del Río Verbena Fest 2025 confirmó que la combinación de artistas consagrados y bandas emergentes sigue siendo la fórmula ideal para un festival que apuesta por la música nacional en todas sus vertientes. Entre luces, aplausos y la energía compartida de los asistentes, Pontevedra volvió a brillar hasta altas horas de la noche.
Os dejamos con la galería de fotos de la jornada: