El jueves 11 de septiembre, el Revenidas 2025 amaneció pasado por agua en Vilaxoán. La lluvia fue una compañera constante durante toda la jornada, y no dio tregua hasta bien entrada la tarde, cuando por fin se despejó justo a tiempo para que arrancara la música. El festival se inauguró pasadas las seis con Hugo Guezeta, abanderado del rap en gallego, aunque por motivos técnicos no pudimos llegar a tiempo a su concierto. Así, nuestra ruta comenzaba algo más tarde, directamente con el desembarco de Dick Move.
A las 19:20 h, desde Aotearoa (Nueva Zelanda) aterrizaron en Vilaxoán Dick Move, encargados de inaugurar el escenario Vibra Mahou. Lo hicieron con un arranque salvaje que desató el pogo desde el primer minuto, marcando el tono de la jornada. Su punk urgente, heredero de los ochenta pero atravesado por una energía ferozmente actual, sonó a guitarras al rojo vivo y a consignas que se sienten como llamaradas. Canciones cortas, riffs afilados y una vocalista que incendió la conexión con el público con actitud de revuelta colectiva. Además, en Vilaxoán dejaron caer algún adelanto de "Dream, Believe, Achieve", el nuevo LP que verá la luz el próximo 14 de noviembre, reafirmando que su propuesta no entiende de fronteras.
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A las 20:20 h llegaba el turno de The Rapants, que desembarcaron en casa por cuarto año consecutivo con su Máquina del Buen Rollo funcionando a pleno rendimiento. Desde el arranque con "Meu cariño" dejaron claro que la fiesta estaba asegurada. El público acompañó coreando "Non sei disir que non" y "La Mítica", mientras la banda desplegaba ese cóctel de pop, funk y psicodelia que los ha convertido en una de las formaciones gallegas más queridas.
El concierto fue una sucesión de momentos luminosos: "Fai tempo" y "Sábado" sonaron como himnos generacionales, "Blaster W4u" y "O avión" pusieron a bailar a todos, y con "Rue Franklin" y "La favorita" redondearon un repertorio que no dejó espacio para el reposo.
The Rapants son una banda que cumple lo que promete: un directo concebido como celebración, donde el optimismo manda, adornado con melodías contagiosas y estribillos que se cantan sin pensar. Su actuación resultó redonda, animando a cualquiera que se acercara al escenario. Hay que subrayar además la actitud del grupo y la complicidad que transmiten entre ellos; sin esa energía compartida, su fórmula seguramente no tendría el mismo efecto arrollador.
Una de las anécdotas más divertidas de la noche llegó cuando Samuel, ayudado por la seguridad del Revenidas, planeó sobre las cabezas de los asistentes (pese a sus 100 kilos) junto a varias decenas de aeronaves humanas mientras perdía el avión a Barcelona. Lo cierto es que durante todo el concierto, la banda mantuvo la tensión festiva, animando a bailar sobre la pequeña poza formada por las lluvias de toda la jornada, convirtiendo su actuación en un espectáculo lleno de humor, interacción y buena vibra.
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A las 21:35 h, irrumpieron en el escenario los suecos The Baboon Show, una banda muy añorada en Vilaxoán desde su última actuación en 2019, llevando el rock a su máxima intensidad. Desde el primer acorde, la banda convirtió el espacio en un hervidero de energía, con la voz potente de Cecilia Boström, que se jugó el físico durante todo el concierto: saltando desde el escenario al frontal de los subwoofers una y otra vez, subiéndose sobre la valla metálica que delimitaba el foso e incluso llegando a caerse en uno de sus vuelos de la plataforma de batería al escenario, poniendo el corazón en vilo a la seguridad y alentando al público hasta la extenuación. Canciones como "Be a Baboon", "God Bless You All" y "You Got a Problem Without Knowing It" marcaron el ritmo, mientras "Me, Myself and I" y "Lost You in a Second" añadían dinamismo al repertorio. No faltaron tampoco "Rolling", "Forward in Reverse", "Could You Be It" o "Radio Rebelde", todos ellos himnos coreados que demostraron la fuerza de su directo.
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La locura fue descomunal por los cuatro costados, apoyada por Frida Stahl en el bajo, sólida y firme, que además lucía una camiseta de Dick Move; Simon Dahlberg en la guitarra, enérgico y afilado; y Niclas Svensson en la batería, dinámico y preciso, todos siguiendo la estela de Cecilia y alimentando la intensidad del concierto. Cada tema se sentía como un estallido colectivo, dejando claro por qué The Baboon Show se ha ganado un lugar destacado en la escena europea del rock alternativo.
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El cierre de la jornada llegó a las 23:15h con Dubioza Kolektiv, banda bosnia que desata auténticas fiestas colectivas allá donde toca. Desde el primer acorde, su mezcla de ritmos balcánicos, ska, reggae y rap se hizo dueña del escenario, llevando al público a un estado de éxtasis compartido. El recinto estaba lleno de “abellas amarelas e negras”, tal y como The Rapants habían bautizado a la multitud de asistentes que portaban las distintivas camisetas amarillas y negras propias de Dubioza. Durante el concierto no faltaron temas como "Minimal", "Himna generacije", la versión de "I Fought the Law" (The Crickets), "Red Carpet", "Hay libertad", "Kažu", "No Escape" (from Balkan) o "Three Little Birds", todos ellos coreados y bailados sin descanso.
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La energía del grupo es imparable: cada miembro aporta a la intensidad global del show, con una interacción constante que hace sentir al público como parte del espectáculo. Con humor, actitud y un ritmo incesante, Dubioza Kolektiv cerró para nosotros, que fuimos a coger fuerzas, dejando a Vilaxoán vibrando y con el ánimo por las nubes. La noche continuó con Sanguijuelas del Guadiana, de los que hicimos hace poco una extensa crónica de su actuación en la sala Rebullón, y con un grupo que nos encanta, Buhos, junto a Galicia Army, que unidos a una siempre solvente Duendeneta, animaron Vilaxoán hasta altas horas de la madrugada.
Os dejamos con la galería de fotos de la jornada: