Underfest Xacobeo 2025: Vigo vuelve a sonar diferente

El Underfest Xacobeo acaba de levantar el telón de su octava edición y, un año más, lo hace con un cartel que confirma por qué este festival se ha ganado un hueco tan especial en el calendario musical gallego. Con una programación que combina grandes nombres internacionales, joyas del panorama nacional y nuevas promesas locales, el evento volverá a llenar Vigo de música los días 14 y 15 de noviembre, con actividades y conciertos repartidos por algunos de los principales escenarios de la ciudad. Entre las grandes noticias de este primer avance destacan The Psychedelic Furs , una de las bandas más influyentes del post-punk británico, que visitará por primera vez Galicia. A su lado, grupos como DeWolff, con su explosivo directo lleno de blues y rock setentero, los franceses Tahiti 80 y su inconfundible elegancia pop, o los estadounidenses We Are Scientists, auténticos referentes del indie neoyorquino, dan forma a un cartel con personalidad propia. También habrá espacio para clásicos de nu...

Del indie al reguetón: el Recorda Fest consolida su lugar como cita imprescindible en Galicia

Dos jornadas en el Muelle de Batería que reunieron a miles de personas entre himnos generacionales, recuerdos compartidos y emociones a flor de piel. El Recorda Fest 2025 no fue un simple festival: fue un reencuentro con la memoria colectiva y al mismo tiempo una celebración de lo que hoy nos hace vibrar. Durante dos días, A Coruña se convirtió en el epicentro de una fiesta que unió a varias generaciones bajo un mismo latido, con un cartel que alternó clásicos del pop español, voces emergentes y propuestas urbanas que hicieron del muelle un escenario de contrastes y energía inagotable.


El viernes arrancó puntual, con un sol intenso desde las cuatro y media de la tarde. Desde ya muy temprano el público se acercaba con ganas de no perderse nada: gafas de sol, familias enteras que mezclaban edades, parejas que buscaban un rincón desde donde ver cómodamente el escenario. El ambiente ya era una fiesta incluso antes de la primera nota. Para mantener esa vibra sin bajones, el festival volvió a contar un nuevo año con un segundo escenario con DJs que acompañaban cada transición del escenario principal, convirtiendo lo que normalmente sería un silencio técnico en pequeñas raves improvisadas.

El primero en salir fue Álex Wall, que rompió el hielo con descaro y frescura. Aunque su concierto era pronto, consiguió que la explanada empezara a despertar con ritmos ligeros y una energía juvenil que marcó el tono de arranque del festival. Tras él, Griso subió decidido a dejar huella, en su primer concierto en Galicia de su nueva etapa en solitario, y lo logró con temas como: "Me muero si no lo intento" o "Por si A Caso". El artista protagonizó uno de los momentos más comentados de la jornada, ya que se bajó del escenario y se mezcló entre la gente para cantar y bailar rodeado de su público. Esa cercanía encendió al festival entero y fue la primera gran sorpresa del día.



La emoción se intensificó con el regreso de Nena Daconte a A Coruña. Mai Meneses apareció radiante, consciente de que volvía a encontrarse con un público que nunca la olvidó. Sus canciones más conocidas resonaron como himnos que devolvían a muchos a su adolescencia, pero el delirio colectivo llegó con: "Tenía tanto que darte" o "En que estrella estará", pero el instante más especial llegó con el estreno de "Magia del momento", un tema inédito que regaló en exclusiva a A Coruña. La ovación de su público y de todo el recinto fue unánime, y la calidez del público confirmó que la conexión con su repertorio sigue intacta.




A Continuación llegó el turno de Marlena, que demostraron tener un pulso perfecto para combinar intensidad y pausa. El dúo que se encuentra en plena gira de presentación de su último trabajo: "Entre Cuatro Paredes y Una Verdad" (2024) e incluso de algún tema nuevo como "Se sube la falda" que las esta llevando a ser una de las sensaciones de esta temporada en los festivales nacionales. Tampoco faltaron grandes éxitos como "RED FLAGS" , "bailamorena" o "Me Sabe Mal" y su set navegó entre canciones de amor y desamor, coreadas con entusiasmo, y un paréntesis acústico íntimo en el que toda la banda se adelantó al borde del escenario. Ese gesto de cercanía generó uno de los momentos más delicados y mágicos del show, un instante de calma que contrastó con la euforia que se respiraba en el resto del concierto.



El clímax local llegó con Xoel López, que jugaba en casa y lo sabía. Su concierto fue un ritual compartido: mezcló folk, rock y raíces atlánticas, construyendo un sonido que parecía invocar la identidad de toda una ciudad. Cada canción fue coreada como un himno, y su presencia convirtió al Muelle en un lugar casi espiritual, donde la música trascendía lo puramente festivo. Xoel no se dejó nada en el hotel y salió pisando fuerte con "Faneca Brava" tema de su ultimo trabajo "Caldo Espírito" (2023) pero el delirio llego a su repaso a sus discos y etapas anteriores como la de Deluxe con "Que no" o "El amo valiente" o pasando por temas de su trabajo "Atlántico" (2012) como "Tierra" o "Por el viejo barrio", pero la canción que se convirtió en un canto colectivo fue "Lodo", una canción que empieza a identificar a un pueblo gracias a ser la sintonía de un Xacobeo que la ha llevado a recorrer todo el mundo. El hijo predilecto se despidió con una gran ovación y con la promesa de volver pronto a tocar a su tierra.



Cuando llegó Lori Meyers el festival se transformó en un espectáculo visual. Por primera vez las pantallas, el diseño de luces y toda la escenografía se desplegaron con potencia, llevando la experiencia a otro nivel. El grupo granadino, uno de los grandes de la música indie nacional, desplegó en el recinto sus canciones, que se han convertido ya en clásicas del indie español. Temas como: "Impronta", "Luces de Neón", "Punk", "El tiempo pasará", "Siempre brilla el sol" o "Mi realidad" se vivieron como descargas de energía colectiva que hacían saltar a todo el recinto al unísono. El momento culminante fue cuando Noni se lanzó al público con una camiseta del Dépor puesta y un grito que se sintió como una arenga: “ahora, a Primera”. La ovación fue atronadora y convirtió su cierre en uno de los más memorables de todo el festival.




La medianoche trajo el desparpajo de Lala Love You, que convirtieron su show en una fiesta sin freno con un guiño ramonero hasta el cover de Hombres G con "Marta tiene un marcapasos", todo en su actuación invitaba a la diversión. El público no paró de saltar, corear y reír, especialmente cuando invitaron a unos repartidores de pizza desde la propia audiencia al escenario, en un gesto tan genial que disparó la complicidad. El cierre con "El fin del mundo" fue un estallido absoluto: miles de voces cantando a la vez, como si realmente todo se terminara ahí, en ese instante de euforia compartida.


El broche final del viernes lo puso Ultraligera, que aportaron frescura con su mezcla de indie rock, grunge y post-punk que nos recuerda mucho a bandas como Placebo o Tool pero con un toque personal que Gisme y los suyos tanto en lo musical como en su puesta en escena ya están imprimiendo pese a contar con un solo trabajo en el mercado. A pesar de las horas, el público no bajó la intensidad y se dejó arrastrar por la energía de un grupo que supo mantener encendida la llama hasta bien entrada la madrugada. Fue un cierre joven, vibrante y con aire de futuro, como un recordatorio de que el festival también es un espacio para lo nuevo.



El balance del primer día fue claro: diversidad, emoción, nostalgia, locura y momentos íntimos que convirtieron al Muelle de Batería en un lugar irrepetible.

El sábado amaneció con nubes, pero eso no desanimó a nadie. Al contrario, el ambiente era aún más multitudinario, con colas desde temprano y pulseras cashless listas para una maratón musical que prometía. Los primeros chubasqueros empezaron a aparecer doblados en mochilas y bolsos, como quién se prepara para todo. La sensación era que el segundo día iba a ser, si cabe, más intenso que el primero.



Los Canarios Efecto Pasillo desplegaron su buen rollo habitual, presentaron una colección de temas clásicos como "No importa que llueva", "Cuando me siento bien" o "Carita de Buena" pero también aprovecharon para presentar alguno nuevo como "No Quiere Reggaeton" e incluso permitirse jugar con el público con esta excusa y prometiéndoles que les iba a gustar este género musical. El cierre, con "Pan y mantequilla", fue, tal y como esperábamos, un karaoke colectivo donde miles de voces se unieron en la tarde coruñesa.



Fran Perea trajo nostalgia y energía a partes iguales. Pese a que ya han pasado muchos años desde su presencia en la mítica serie "Los Serrano" su carisma sigue totalmente presente y su presencia en el escenario convence, muy temprano sorprendió al público invitando a Leire Martínez, que apareció entre ovaciones y aportó emoción con su voz, anticipando lo que luego sería su propio show. Más adelante, el turno fue para Dani de Despistaos, que subió al escenario para compartir otro momento de complicidad generacional. Estas colaboraciones no estaban anunciadas y se vivieron como momentos exclusivos del Recorda Fest en A Coruña, convirtiendo el concierto en una celebración única.



Luego Despistaos se adueñaron del escenario con su rock enérgico e independiente que por momentos se abraza al punk americano, están inmersos en su gira XX aniversario y entre "Mi mejor Momento" que inicia el concierto y la mítica "Física o Química" que lo termina los de Guadalajara nos ofrecieron una hora de repaso a momentos de nuestras vidas que quedaron marcados con sus canciones de B.S.O.


El turno de Leire Martínez fue uno de los momentos más esperados. Desde su abrupta salida de La Oreja de Van Gogh el público la ha acogido y protegido, valorando sus años de brillante y profesional carrera y su salida recibió una ovación ensordecedora. La artista recorrió sobre el escenario temas de su etapa en La Oreja de Van Gogh como "El Últmo Vals", "Cometas por el cielo" o "Muñeca de Trapo" intercalándolas con sus nuevos temas que estarán incluidos en su primer trabajo en solitario como "Tres deseos" o "Mi nombre". también tuvo tiempo para hablar sinceramente sobre igualdad, empatía y solidaridad, lo que tocó fibras sensibles. Algún medio escrito recordaba que Leire volvía a casa y ella agradecida se atrevió a intentar hablar en gallego, confesando entre sonrisas: “Ojalá hablara gallego tan bien como ustedes, pero voy aprendiendo”. Ese detalle la volvió aún más cercana y reforzó el vínculo con el público coruñés.




Con la noche ya instalada apareció Álvaro de Luna, que repetía en el festival después del éxito cosechado en su pasada edición y donde demostró ser uno de los artistas más en forma del momento. Su carisma llenó el escenario y su repertorio mantuvo en alto a una multitud que no mostraba signos de cansancio con temas como: "Mi lugar" o "Cuando éramos dos" de su etapa en Sinsinati o "Levantaremos el sol" y "Tu Nombre" ya de etapa en solitario entre otras. El final fue de película: se lanzó a cantar entre la gente justo cuando la lluvia comenzaba a caer. Miles de personas empapadas, con los brazos al aire y coreando cada palabra, dieron forma a una de esas imágenes que se quedan grabadas en la memoria colectiva.




La parte más urbana llegó con La Reina del Flow, un show nunca visto en un festival de este formato y donde los protagonistas de la serie televisiva transformaron el recinto en una pista de baile con reguetón y dembow con temas como: "Reflejo", "Mentiroso", "Vuelo Yo", "Depredador" o "Mi destino" entre otros, preparando al público para la descarga dance de Kate Ryan.



La icónica artista belga nos devolvió a las discotecas de los 2000 con un repertorio cargado de nostalgia electrónica, y la lluvia, lejos de molestar, se convirtió en parte del espectáculo. Las luces reflejadas en las gotas, los beats contundentes y el público entregado crearon un paisaje único que parecía sacado de un videoclip.

El tramo final estuvo reservado para el sonido electrolatino. Juan Magán apareció con una sucesión de hits que no dió respiro alguno, mientras que Henry Méndez fie el encargado de cerrar el festival con un torbellino tropical que convirtió la madrugada en una fiesta sin fin. A esas alturas la lluvia ya era irrelevante: la gente bailaba bajo ella como si fuera un ingrediente más de la celebración.

El balance del sábado fue el de una jornada intensa y variada, con sorpresas, discursos emocionantes, tormentas que se bailaron y una mezcla de estilos que demostró la capacidad del Recorda Fest para unir mundos distintos.

Al final, lo que quedó claro es que el Recorda Fest 2025 es mucho más que un festival de música. Es un espacio donde se cruzan generaciones, donde conviven la nostalgia y la novedad, lo íntimo y lo épico, lo urbano y lo indie. Dos días de emociones compartidas que ya forman parte de la memoria de A Coruña y que hacen soñar con lo que traerá la próxima edición.

Todo esto fue posible gracias a que el festival cuenta con la colaboración de Vibra Mahou, la plataforma de música de Mahou Cinco Estrellas que impulsa experiencias cinco estrellas en torno al directo.

Os dejamos con la galería de fotos del festival: