La Explanada del Recinto Ferial de Pontevedra volvió a llenarse de música el 23 de agosto para la segunda jornada del Río Verbena Fest, que mantuvo la energía de la víspera con una programación que equilibró proyectos emergentes y artistas de gran proyección. Con dos escenarios activos durante toda la tarde y la noche, el festival ofreció un recorrido sonoro que fue creciendo en intensidad hasta bien entrada la madrugada.
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Aunque el vigués Javier Lago fue encargado de inaugurar la tarde del sábado, y pese a tener ganas de ver su directo, llegamos un poco tarde y el arranque de la jornada para nosotros corrió a cargo de Mamasunción, que regresó al Río Verbena Fest por segundo año consecutivo. En formato dúo, con Martín “Tincho” Martínez a las voces y guitarra eléctrica y Brais Amoedo a la batería, ofrecieron un directo de pop-punk con tintes de garage rock americano, crudo y efectivo, que conectó con un público que no dudó en acompañarlos con palmas y vítores. La energía fue en aumento hasta que Tincho terminó la actuación sin camiseta, cerrando con un agradecimiento sentido a su padre, Kin Martínez, a quien mostró su total admiración, aportando un toque emotivo al final de un set potente y directo.
Tras el arranque, Carla Lourdes presentó su primer trabajo, "El día que descubrí el lunar de tu oreja", desplegando un pop delicado y emocional que destacó por su voz dulce y sus letras cargadas de intimidad. El público respondió con atención y calidez, dejando que las melodías fluyeran entre momentos de cercanía y una producción cuidada. Uno de los puntos álgidos de su actuación llegó con la aparición de Javier Lago, que se unió para interpretar "No Sé Por Dónde Empezar", logrando una conexión especial con los asistentes y añadiendo dinamismo a un directo que la confirma como una de las promesas más firmes del panorama pop femenino nacional.
Turno para Taïn, nombre artístico de Jorge Taín Alemparte, que presentó su álbum debut "Amor Subterráneo". Su directo se movió entre el pop y el rock con un enfoque alternativo y emocional, impulsado por su característica voz rasgada, que aporta personalidad y una intensidad a medio camino entre lo íntimo y lo enérgico. Como una de las grandes apuestas de Esmerarte, Taïn venía de pasar por escenarios relevantes como PortAmérica y O Son do Camiño, y en Pontevedra confirmó el porqué de esa proyección. Temas como "Protagonista", "Una Historia que Contar" y "Superficial" destacaron especialmente, con un público que acompañó con aplausos y coreando estribillos, elevando la atmósfera antes del salto al escenario principal.
El primer gran nombre de la tarde llegó con Nil Moliner, que ya había conquistado Pontevedra el año anterior con su actuación en las fiestas de la Peregrina y que esta vez regresaba al escenario principal del Río Verbena Fest con un directo aún más ambicioso. Acompañado por una gran banda, ofreció un espectáculo enérgico que combinó pop luminoso y momentos de emoción, con una producción reforzada por espectaculares efectos visuales en forma de grandes llamaradas que acompañaron varias canciones y dieron un plus de intensidad a la puesta en escena.
El setlist incluyó "Mi religión", "Dos primaveras", "Me quedo", "Nada que decir", "Good day", "Luces de Ciudad", "Hijos de la Tierra", "Tu cuerpo en braille", "Enséñame / Esperando", "Libertad", "Soldadito", "Meneíto" y "Vuela alto". Durante "Tu cuerpo en braille", lanzó bombas de confeti sobre la multitud, repitiendo el efecto al final del concierto, generando un cierre cargado de color y entusiasmo. Nil alternó canciones de alta energía con otras de tono más emocional, logrando una conexión total con un público que coreó de principio a fin.
Malmö 040 se subió al escenario para ofrecer un concierto que dejó claro que su directo es capaz de capturar a cualquier asistente desde la primera nota. La banda arrancó con "Los de siempre", sorprendiendo a todos con una intro inesperada: el icónico riff de Deutschland de Rammstein sirvió como antesala perfecta para abrir un set lleno de matices. Desde el primer instante, la complicidad con el público se hizo evidente; los cánticos colectivos y los aplausos marcaron el tono del concierto. El set continuó con "Inmortal" y "Llévame a casa", temas que se sucedieron sin descanso y que mostraron la fuerza de la banda en directo. La intensidad no disminuyó con "Los días de Mike" ni con "La última canción", donde cada acorde y cada palabra resonaban con la sinceridad que caracteriza a Malmö 040.
Uno de los momentos más emotivos llegó con el cover de Supersubmarina, "Algo que sirva como luz". "¿Por qué será?", "Los lugares donde irás" y "Capítulo Final" mantuvieron el pulso mientras la conexión entre el grupo y el público se hacía más fuerte. Con "Un día más (De Septiembre)" y "Los cobardes viven siempre", jugaron con la identidad y la pausa. "Matar la pena" y "Cuando éramos felices sin saberlo" fueron el colofón perfecto: canciones que mezclan nostalgia, memoria y celebración. Finalmente, un tema hecho a medida para la despedida como "La vida está hecha de pequeños grandes momentos como este".
Sin tiempo para enfriar la emoción, el festival se transformó para recibir a Álvaro de Luna, quien ofreció un espectáculo de 90 minutos lleno de fuego, luz y adrenalina. El show arrancó con "Portarse mal", acompañado de un lanzamiento de confeti, que envolvió al público en una atmósfera festiva desde el primer segundo.
El set continuó con guiños a su etapa anterior en Sinsinati, con "Mi lugar" y "Cuando éramos dos", que provocaron un torrente de nostalgia y aplausos. Luego vinieron "Nos quedará" y "Hoy festejo", este último marcado por efectos de fuego que iluminaron el escenario y calentaron la noche. "Me va a doler" se repitió en versión intensa, combinando emotividad y fuerza, mientras que "Nuestra canción" y "En tu costado" bajaron ligeramente el ritmo para crear un momento más íntimo.
Con "Quizás" y "Levantaremos el sol", el fuego volvió a dominar la escena, iluminando los saltos y cánticos de un público completamente entregado. Álvaro incluso sorprendió con un cover de "Tenía tanto que darte" de Nena Daconte, que fue recibido con aplausos y emoción.
El tramo final fue un espectáculo de luces y emociones. "Olvidé olvidarte", "La jugada" y "Todo contigo" combinaron fuego y serpentina, creando un efecto visual impresionante. Con "Toda la noche", láser y fuego marcaron uno de los momentos más épicos del festival.
El cierre fue apoteósico: "Rockstar", "Indios y vaqueros" y "Juramento eterno de sal" combinaron láser, fuego y confeti, envolviendo a todos en una atmósfera de fiesta total. La banda se despidió entre aplausos, gritos y abrazos compartidos: un broche de oro para un concierto que demostró por qué Álvaro de Luna es uno de los referentes de la escena pop-rock nacional.
Llegó el turno de Carlos Sadness, que llenó la plaza de un aire más luminoso y poético. Su concierto, lleno de color y alegría, ofreció un contraste perfecto con la intensidad de los shows anteriores. El arranque con "Hale Bopp" dejó claro que el público estaba listo para dejarse llevar. "Chocolate y nata", "Todo estaba bien" e "Isla Morenita" mantuvieron la conexión inmediata con un público entregado a la causa, mientras "Ahorita" y "Personita buena" equilibraban la energía con momentos más íntimos.
"Física moderna" y "Bikini" provocaron los primeros saltos, y el punto álgido llegó con "Amor papaya", en colaboración con una soberbia Carla Lourdes como invitada sorpresa, donde el público cantó y bailó con entusiasmo. Con "Aloha", "Feliz Feliz" y "Te quiero un poco", la magia del directo se sentía en cada rincón, y el cierre con "Qué electricidad" encendió la última chispa de la noche: luces, risas y un público que no quería que el momento terminase.
El cierre del escenario principal fue para el trapero argentino YSY A, quien se presentó solo y sin banda sobre el escenario a las 00:45 h, rodeado de hinchas que ondeaban la bandera argentina con entusiasmo. Su espectáculo de video y luces atrapó desde el primer tema, "Duele", hasta el final con "Tamo loco". Entre hits como "De repente", "Nunca fue por la plata", "Curando mi karma", "Lugares que llego", "Copenhague" y "24/7 6.5", el público cantaba y saltaba al ritmo de cada base.
Temas como "Ganas", "A por todo", "Un piso más", "Cómo chilla ella" y "Traje unos tangos" alternaron intensidad y flow, mientras que "Pastel con nutella", "Pa esta soledad", "Cada vez que" y "Toda la vida" mostraron el lado más melódico y emotivo del artista. Con "Trap de verdad", "Desfilar mis penas", "Bardos y verdades", "Alma", "Full Ice", "Hidro", "El amanecer" y "Vuelta a la luna", la noche se cerró con un impacto visual y sonoro total, dejando a los asistentes extasiados y bailando hasta el último segundo.
Al son de las mezclas de Sergio el Indio Dj encaminamos nuestros pasos de regreso a casa, contentos por lo vivido y tristes por un gran festival y un verano que llegaban a su fin. Nostalgia, alegría, juventud y tristeza, un buen batido que la gente de La Gramola, Esmerarte y Río Verbena han sabido preparar para ir cerrando las noches mágicas (en lo musical) de un verano en Galicia.
Os dejamos con la galería de fotos de la jornada: