.jpg)
.JPG)
.JPG)
Dream Nails, cuarteto británico surgido en Londres y conocido por su espíritu punk feminista y activista, abrieron la edición 2025 con una explosión de energía que prendió al público desde los primeros acordes. Con discos como "Dream Nails" (2020), "Doom Loop" (2023) y un "You Wish" (que saldrá en febrero de 2026), han consolidado un sonido combativo que combina humor, crítica social y una entrega absoluta en directo. La banda repasó temas como "Text Me Back (Chirpse Degree Burns)", "Organoid" y "Corporate Realness", y ya desde estas primeras canciones la pista estaba vibrante, con coros colectivos que se sumaban a la fuerza de la banda. Con "Good Energy Bad Energy" y "Kiss My Fist", la intensidad alcanzó su punto máximo: los saltos del aún poco público eran casi sincronizados y la sensación de comunión llenaba el aire. Más adelante, con "The Spirit Does Not Burn" y "Pack My Wax", se pudo notar la complicidad entre las integrantes, antes de que "This Is Water" ofreciera un respiro, permitiendo disfrutar de los matices de cada riff. Cerraron con "The Information" y "Ballpit", desatando un estallido final de energía que dejó a todos preparados para Viva Belgrado.
.JPG)
A continuación, Viva Belgrado, referentes del post-hardcore en España desde su irrupción en Córdoba en 2011, desplegaron su sonido visceral que les ha convertido en un nombre imprescindible de la escena alternativa nacional.
Con discos como "Flores, Carne" (2014), "Ulises" (2016) y "Bellavista" (2020), la banda ha desarrollado un estilo que bebe tanto del screamo como del emo y el post-rock, con letras cargadas de poesía y crudeza emocional. Su último trabajo "Cancionero de los Cielos" (2024) está considerado por muchos como el mejor álbum del año pasado en España.
Había expectación extra: era la primera vez que el grupo se presentaba en Galicia con su nueva bajista, Cristina “Cris” Sánchez —miembro de Dreyma y Tirana—, quien sustituye a Ángel Madueño tras su marcha a finales de febrero por motivos de paternidad, después de casi 15 años de trayectoria junto a la banda. En el primer tema y en varios momentos del concierto, “Cris” tocó de espaldas al público, un gesto interpretado como un sentido homenaje a Ángel, que solía tocar siempre mirando hacia la batería.
Su setlist incluyó "Una soga", "Cerecita Blues y Chéjov y las gaviotas", con los primeros acordes generando expectación que rápidamente se convirtió en saltos y coros. Con "Gemini" y "Jupiter and Beyond the Infinite", la intensidad creció aún más; la banda manejaba perfectamente la dinámica entre los momentos densos y las explosiones de energía que mantenían al público al borde. Tras "Por la mañana, temprano" y "El Cristo de los faroles", se sintió un instante de complicidad colectiva. Los siguientes temas, "Un relato, Un collar y Vicios", reafirmaron la fuerza del grupo, mientras que "Shibari emocional" y "Madreselva" ofrecieron tensión controlada que preparaba al público para el cierre. Con "Un tragaluz" y "El gran danés", Viva Belgrado despidieron su actuación con un crescendo eléctrico.
.JPG)
.jpg)
Tras este estallido, Mercury Rev, banda de Buffalo (EE. UU.) formada en los años 90, llevaron la experiencia a un plano más etéreo y atmosférico. Su música, que se mueve entre el shoegaze, el dream pop y la neo-psicodelia, alcanzó notoriedad con discos como "Deserter’s Songs" (1998) o "All Is Dream" (2001), considerados ya clásicos de la música alternativa. Su set incluyó "The Funny Bird", "Love Sick" (cover de Bob Dylan) y "Opus 40", con melodías que flotaban sobre el público y creaban un ambiente casi hipnótico. "Runaway Raindrop / Tears in Rain / Runaway Raindrop" y "Ancient Love" reforzaron esta sensación de oasis sonoro, con la audiencia absorbida por los arreglos delicados y las texturas vocales. Más adelante, "Holes" y "Goddess on a Hiway" mantuvieron la atención en cada detalle, y "The Dark Is Rising" cerró el set con un suspiro envolvente, preparando a todos para la transición a León Benavente.
.jpg)
.JPG)
Tras la atmósfera onírica de Mercury Rev, León Benavente, una de las bandas más sólidas del rock alternativo español de la última década, tomaron el escenario para ofrecer un directo cargado de electricidad y letras afiladas. Formados en 2012 y con seis discos a sus espaldas —el más reciente "NUEVA SINFONÍA SOBRE EL CAOS" (2024)—, han construido un repertorio donde conviven la crítica social, la introspección y un pulso sonoro que combina la crudeza del post-punk con la inmediatez del pop rock. Su setlist repasó temas como "ÚSAME/TÍRAME", "A LA MODA" y "NADA", generando de inmediato una conexión intensa con el público. Con "Amo" y "Ánimo, valiente", la banda mostró la fuerza de sus guitarras y la cadencia de la batería, mientras los coros se repetían al unísono entre los asistentes. "La Ribera" y "California" ofrecieron un momento más melódico, seguido de "BAILE EXISTENCIALISTA" y "Mítico", que elevaron nuevamente la energía. Hacia el final, "SU VERSO", "Tipo D", "LA AVENTURA" y "Ser brigada" (con Abraham bajando al foso a cantar con el público) consolidaron la potencia del grupo, y "EN EL FESTÍN", "Gloria" y "Ayer salí" cerraron un set impecable con un Boba totalmente desatado y cantando en medio del respetable lo que mantuvo al público entregado de principio a fin.
.jpg)
La energía volvió a subir con Happy Mondays, pioneros del sonido Madchester y auténticos referentes de la fusión entre rock alternativo, funk y la cultura rave de finales de los 80 y principios de los 90. Al frente, Shaun Ryder y el bailarín Bez siguen siendo las caras más icónicas de la banda, aunque la formación ha experimentado cambios: el bajista Paul Ryder falleció en 2022 y Rowetta dejó el grupo en 2024. Gary Whelan (batería) y Mark Day (guitarra) continúan desde sus inicios, mientras que los teclados ahora están a cargo de Dan Broad, que también ejerce como director musical. Músicos de apoyo son los encargados de suplir el hueco dejado por Paul Ryder en el bajo.
.jpg)
.jpg)
La apertura del show contó con una intro de la aplaudida Firouzeh Berry, cuya voz potente y expresiva se sincronizó a la perfección rápidamente con Ryder en "Kinky Afro". Por fortuna, pudimos disfrutar de ella en muchos más momentos del concierto, reforzando los coros y aportando frescura al repertorio. Como anécdota divertida, en "Step On" —el himno indiscutible de la banda— Bez, en plena euforia y tras una aparatosa caída en el tema previo, desconectó sin querer el micro de Firouzeh, dejándola muda durante unos instantes y arrancando risas cómplices entre el público.
Su repertorio incluyó además "God's Cop" y "Donovan", contagiando a todos con ritmos que invitaban a moverse incluso a los más tímidos. Bez, fiel a su estilo, se convirtió en el alma del espectáculo: bailó incansablemente, recorriendo el escenario de un extremo a otro sin perder un ápice de energía. La banda sonó compacta y sólida; Ryder, con botella de agua y su vaper en mano, parecía relajado, casi despreocupado, pero no dejó de ejercer un control magnético sobre el escenario. Lejos de mostrar señales de fatiga, se mostró cercano, bromista y juguetón con el público, alternando el micrófono con Bez a lo largo del concierto. Mientras tanto, Mark Day liberaba toda la potencia de su guitarra, y Gary “Gaz” Whelan (batería) y Dan Broad (teclados), más discretos pero fundamentales, mantenían la base que permitió a Ryder y Bez desplegar todo su magnetismo. Con "Dennis and Lois" y "Loose Fit" la intensidad se elevó, y "Rave On" y "Hallelujah" consolidaron la fiesta sobre el escenario. "24 Hour Party People" y ese "Step On" accidentado convirtieron la pista en un mar de saltos y cánticos, mientras que cerraron con "Wrote for Luck" como bis, dejando una huella imborrable en el público mayoritariamente ourensano pero con mucha gente también del resto de la comunidad e incluso del norte de Portugal.
.JPG)
.JPG)
El broche de oro lo pusieron Kruder & Dorfmeister, dúo austriaco formado en los 90 y pionero del downtempo, el trip-hop y el acid jazz. Conocidos por su influyente recopilatorio "The K&D Sessions "(1998) el cual tocaron íntegro en Ourense, son responsables de dar forma a un sonido elegante y envolvente que ha trascendido géneros. En Our Fest cerraron la jornada con un viaje introspectivo y elegante. Su set envolvió al público en texturas sonoras y beats cuidadosamente tejidos, y la atmósfera se tornó hipnótica, con luces y proyecciones que acompañaban cada transición. Fuera, las nubes lloraban y descargaban su rabia, tal vez por no estar invitadas a lo que estaba pasando dentro.
Con su edición de 2025, Our Fest ha vuelto a demostrar por qué se ha consolidado como una cita imprescindible para los amantes de la música en Galicia, combinando diversidad de estilos, directos memorables y experiencias únicas para el público. Y ya hay motivos para mirar al futuro: en 2026 el festival celebrará su V aniversario, prometiendo nuevas sorpresas, invitados de primer nivel y la misma energía que ha definido estos años de historia, consolidando aún más su lugar en el calendario cultural del noroeste nacional.
Os dejamos con la galería completa del festival: