El pasado 22 de noviembre, el Patio de Cristal del Hotel Monumento San Francisco, en Santiago, se vistió de gala para recibir a Zahara de la mano de los Acuistiquísimos de Alahambra.
El ciclo de conciertos de Momentos Alahambra Acustiquísimos, que va ya por su octava edición, mezcla espacios íntimos y singulares, gastronomía y una experiencia musical única y cercana, en la que el publico pudimos tener la suerte de ver en el formato más natural a una de las cantautoras más relevantes del país desde hace décadas.
Como si del salón de su casa se tratase, como ella misma dijo con esas palabras exactas varias varias veces, Zahara subió al escenario para abrir el concierto con su tema “El lugar donde viene a morir el amor”. Ella y su guitarra en la mano se metieron al público en el bolsillo desde el primer momento.
Tras la primera canción, la sala se convirtió en un espacio íntimo, y como si simplemente estuviese rodeada de un grupo de amigos, pudimos ver a la cantante en su versión más natural, charlando con el público, haciendo bromas e incluso riéndose cada vez que se equivocaba, o contando alguna anécdota mientras introducía las canciones.
“Hace mucho que no hago esto (tocar en acústico)” comentaba tras el primer tema del concierto, y cualquiera lo diría, porque con cada canción llenaba el ambiente de magia y silencio atento que el público solo era capaz de romper con aplausos, tanto que incluso la artista pidió a los espectadores que se animaran a cantar y hacer coros en su tema “Camino a L.A.”
El concierto siguió con los temas “El Diluvio Universal” (Astronauta, 2018) o “El Leñador y la Mujer América” (La Pareja Tóxica, 2011), y tras ello fue el turno del piano que descansaba tímidamente en un lateral del escenario, para interpretar “Flotante”, no sin antes volver a bromear con el público, comentando entre risas que se lo estaba poniendo más difícil a ella misma porque no es pianista, y pidiendo que si le salía mal no grabásemos nada, algo que, evidentemente no fue necesario.
Moviéndose por el escenario entre la guitarra y el piano, se sucedieron las canciones, entre más bromas y comentarios sobre lo expuesto e intimidante que es el formato acústico, a la vez que divertido.
“Me vais a ver todas las magias y las vergüenzas” “Aquí tengo que hacer todo, en la gira normalmente no …. tengo a alguien que me lo hace todo, hasta el agua me la dan. Estoy bajando a la tierra” eran algunas de los comentarios que se oían de la cantautora, que no hacían más que aportar naturalidad y arrancar risas del público.
“Del invierno”, “Photofinish”, “Quien Dijo” (de su último álbum “Lento Ternura”) y “Sansa” fueron las canciones que siguieron la actuación, y esta última acabó con una ovación del público que duró varios minutos, e incluso hizo que la artista se emocionase.
Ya llegando casi al final del concierto, pudimos escuchar “Dolores”, “Con Las Ganas” y “Del Infierno”
Y para el colofón final, Zahara sacó un curioso instrumento llamado Omnichord (un sistema electrónico de instrumento musical introducido en 1981 y fabricado por la Corporación Musical Instrument Suzuki) para interpretar “Soy de un pueblo pequeño”, al que siguieron dos de sus temas más famosos “Berlín” y “Hoy la bestia cena en casa”.
Y después de muchos aplausos e insistencia del público, “Tus Michis” fue la canción elegida para el vis, poniendo así fin a una noche mágica, que da comienzo a la gira de Acustiquísimos de Zahara, que se estrenó con matrícula de honor.
Os dejamos con la galería de fotos del concierto: