Se han hecho muy largos seis años sin Fermín Muguruza en los escenarios, la hiperactividad que siempre lo acompaña lo ha llevado al mundo del cómic, de la animación y del cine y nos ha dejado huérfanos a muchos de sus seguidores durante un lustro que se ha hecho muy largo. Es por ello que el bueno de Fermín ha decidido compensarlo a lo bestia y este 2025 con la excusa de su 40 aniversario nos regala un triple concierto de casi tres horas de duración donde podemos disfrutar de Kortatu, Negu Gorriak y el sr. Muguruza a la vez. Una gozada que comenzaba en Tenerife y que lo llevará por Europa (París, Dublín, Berlín, Roma...), América (Buenos Aires, Montevideo, Santiago de Chile...) y Asia (Tokio) y donde solo habrá unas pocas y escogidas paradas peninsulares y en Santiago de Compostela hemos sido unos de esos privilegiados.

Es de agradecidos una vez llegas a la cima ayudar a otros a darse a conocer y antes del concierto tuvimos el placer de disfrutar de un nuevo proyecto musical de electrónica postpunk nacido en Lasarte que viene pisando muy fuerte desde hace un par de años. Jone Laspiur, Xalba Ramírez, Ondani Olaetxea y Jokin Azpiazu son los miembros de Nakar quienes aprovecharon su oportunidad para presentar su álbum "Lore Ta Laban" (2023) y su último EP "Epelkeriaren Kontra" (2024). Jone es hipnótica, canta verdaderamente bien y como buena actriz sabe ganarse las miradas del público (Goya a la mejor actriz revelación en 2021), Xalba y Jokin alternan los micros con sintetizadores, mesas de mezclas y distorsionadores de voz aprovechando cada oportunidad que tienen para corretear y saltar por el escenario mientras montan una frenética rave en la que te martillea desde la guitarra un virtuoso y más estático Andoni. El synth-punk, el techno, el spoken world y melodías oscuras y llenas de rabia desfilaban mientras "Lore Ta Laban", "Nakar", "MBBDB", "Sunrising"... se iban uniendo a mi lista de Spotify. Espero que hayan tomado nota muchos de los festivales que hay en verano en nuestra comunidad y podamos verlos pronto de nuevo.


Y llegó el momento más esperado, un Fermín Muguruza recibido entre Bengalas por la Brigada Corunha a su llegada al Fontes do Sar era aplaudido pasadas las nueve por más de 5.000 personas que celebrarían toda la noche cada uno de sus 33 temas como si fueran un mate o un triple del Obradoiro en la jugada final. Pero Fermín también estaba muy bien acompañado en el escenario, con una banda de auténtico lujo y que sonó realmente bien y perfectamente engrasada durante toda la velada: Aritz a la trompeta, Igor al saxo, Jontron al trombón, Gloria Maurel a la batería, Gerard Casajús (La Kinky Beat) a la percusión, Xavi Solano (The Solanos, Esne Beltza) a la trikitixa (acordeón vasco), Victor Navarrete al bajo y el espectacular contraste de voces de Lide Hernando (Bele), también a la guitarra, y de Miry Matahari (La Kinky Beat, Matah). Solo faltaba una persona, Iñigo Muguruza, el pequeño de los hermanos y espina dorsal de Kortatu y Negu Gorriak al que una cabrona esclerosis múltiple lo arrebató para siempre de un escenario un triste septiembre de 2019 y al que volvió proyectado en el Fontes do Sar durante el tema "Bizitza Zein Laburra Den" cambiando pogos por ojos que se humedecían y mucho, mucho respeto.

Poca gente se atreve a dar hoy en día un concierto de casi tres horas y muchos menos consiguen que se te haga corto, emocionando a cada segmento del público especialmente según la etapa de su vida en la que se encontró con su música. Desde el "Maputxe" inicial el reggae, el ska, rock, jungle, raggamufin e incluso la salsa o el rap fueron desfilando por la etapa Fermín Muguruza de la que sonaron temas como "Urrun", "Eguraldi Lainotsua", "Balazalak", "Berlin-Unrique Meinhof", "Azoka Eguna", "Black is Beltza" con proyecciones de su proyecto de animación llevada al cine, "Dub Manifest", "Yalah, Yalah, Ramallah!",.... De la etapa de los inviernos crudos de Negu Gorriak (la que menos representación tiene en el concierto) "Bizitza Zein Laburra Den", "Hiri Gerrilaren Dantza", "Itxoiten" o esa crítica del racismo y fascismo que es "Kolore Bizia" o "Errespetua" fueron representantes de esa música de fusión que pivotaba sobre la música tradicional vasca, el rap, el reggae y el rock. Y para los más mayores o los que no pudieron vivir los 80, el rock radical vasco con grandes dosis de punk, ska y rock propio de Kortatu estuvo representado con temas en castellano y euskera cantados por el público a todo pulmón como "A la Calle", "Nicaragua Sandinista", "El Último Ska de Manolo Rastamán" (con presentación y espacio de lucimiento para cada miembro de la banda), "Etxerat", "Zu atrapu arte" o ese himno tan perseguido como bailado que daba fin a la fiesta como es "Sarri, Sarri".


Un “akelarre antifascista” que terminaba con la mejor música, con carteles por todo el pabellón que invitaban a luchar por causas justas y en el que destacaba un gran cartel de “Altri Non” bajo la batería de Gloria, con una producción audiovisual digna de quién se asoma por el mundo del cine, de la animación y de los documentales, con homenajes a los que ya no están y con amig@s invitados que tanto se ponen a cantar como SÉS en "Gora Herría", como el diplomático Xurxo Souto poniendo a cantar a todo el pabellón el "Miudiño" a capella bajo el lema “Denantes mortos que escravos”, como bailarinas con danzas espectaculares llegadas desde Galicia o el País Vasco que terminan denunciando el exterminio que se vive en República Democrática del Congo y con un público totalmente en éxtasis, que intenta colarse en el escenario, que enciende alguna bengala, que baila tanto a ritmo de pogos como de ska y que se hermana en algo que no se puede definir solo con la palabra “concierto”.

Tres conciertos en uno: la cinta que movías con el Bic, el vinilo que compraste con tus primeros ahorros y tu suscrición a Spotify, eso es lo que te pierdes (y mucho más !!!) si no lo ves.
Os dejamos con la galería de fotos del concierto: